Persépolis
Persépolis (del griego
Περσέπολις, Persépolis, literalmente «la ciudad persa»), en antiguo
persa: Pars, en persa moderno: تخت جمشید, Tajt-e
Yamshid «el trono de Yamshid», fue la capital del Imperio
persa durante la época aqueménida.
Se encuentra a unos 70 km de la ciudad de Shiraz, provincia
de Fars, Irán, cerca del
lugar en que el río Pulwar desemboca en el Kur (Kyrus) (). Su
construcción, comenzada por Darío I, continuó a lo largo de más de dos siglos, hasta la
conquista del Imperio persa por Alejandro
Magno.
La primera capital del Imperio persa aqueménida fue Pasargada,
pero hacia 512
a. C. el rey Darío I el Grande emprendió la construcción de
este masivo complejo palaciego, ampliado posteriormente por su hijo Jerjes I y su
nieto Artajerjes
I. En 330
a. C., Alejandro Magno, en su campaña de Oriente, ocupó y saqueó
Persépolis, incendiando el Palacio de Jerjes, para simbolizar quizá el fin de
la guerra panhelénica de revancha contra los persas.
Construcción
Tras haber continuado la obra de Ciro II en Pasargada y
paralelamente a los importantes trabajos de construcción emprendidos en Susa,
Darío I decidió establecer una nueva capital; esta decisión es generalmente
interpretada como una voluntad de distinguirse de la rama principal de los aqueménidas, a la que Pasargada estaba
fuertemente ligada.
Darío eligió como emplazamiento para su nueva
construcción la parte baja de la formación rocosa del Kuh-e
Rahmat, que se convirtió así en el símbolo de la dinastía aqueménida. Hizo
erigir la terraza, los palacios (Apadana, Tachara), las salas del Tesoro, así
como las murallas.
Destrucción
El Imperio aqueménida.Protegida por su ubicación en
el corazón del Imperio aqueménida, Persépolis no contaba con defensas sólidas.
Además, la posición al pie del Kuh-e Ramât representa un punto flaco a causa
del débil desnivel al este, entre la terraza y el suelo. Este lado estaba
protegido por una muralla y por torres,.
Ciertos elementos arqueológicos corroboran sus juicios,
pero su versión de la destrucción de la ciudad es discutida: Duruy la pone en
duda pues «vemos que poco tiempo después de la muerte del conquistador, el
sátrapa Paucestes sacrifica allí a las almas
de Filipo y de Alejandro».Según Plutarco,
Diodoro Sículo y Quinto Curcio Rufo, la caída de Persépolis fue seguida de la
matanza de sus habitantes y del saqueo de sus riquezas.
Arquitectura
Los persas no poseían un bagaje arquitectónico propio: se
trataba de un pueblo seminómada de pastores y jinetes. Ahora bien, desde su
fundación por Ciro II, el imperio persa se dota de construcciones monumentales.
Al principio, inspiradas en los pueblos conquistados, los arquitectos
aqueménidas integran estas influencias y proponen rápidamente un arte original.
Escultura
La forma más conocida y más extendida de la escultura
aqueménida es el bajorrelieve, expresándose particularmente en
Persépolis.
Decoran sistemáticamente las escaleras, los lados de las
plataformas de los palacios y el interior de los vanos. Se supone igualmente
que eran utilizados en la decoración de las salas hipóstilas.
Pintura
La utilización de colores ha sido desestimada, a menudo,
debido a las numerosas alteraciones que sufren los pigmentos durante el tiempo.
Intemperie, fragilidad de las capas, o perecibilidad de los pigmentos
orgánicos, son las razones principales.
Plano de Persépolis.
El complejo palatino de Persépolis descansa sobre una terraza de 450 m por 300, y 14 m de alto, que
presenta cuatro niveles de 2 m. La entrada desemboca en el nivel reservado a
las delegaciones.
Escalera principal (o escalera de Persépolis)
El acceso a la terraza se hace por la fachada occidental,
mediante de una escalera monumental, simétrica y de dos tramos divergentes que
luego convergen. Este acceso, añadido por Jerjes, reemplaza el acceso original
del sur de la terraza. La escalera se convierte entonces en la única entrada
importante.
Unos accesos secundarios pudieron existir en el tramo este, cuya
altura era menor debido a la inclinación del suelo. Está construida con bloques
macizos de piedra cortada y unidos por clavijas.
Puerta de todas las Naciones
La Puerta de todas las naciones, o Puerta de Jerjes, fue
construida por Jerjes I, hijo de Darío. La supuesta fecha de su construcción es
475 a. C.
La entrada occidental, guardada por dos toros colosales que componen los
montantes, mide 5,5 m de alto y es de inspiración asiria. Da sobre un vestíbulo
central de 24,7 m². Bordean los muros bancos de mármol.
Vía de las procesiones y Puerta inacabada
Bordeando de oeste a este la parte norte de la terraza,
la vía de las procesiones lleva de la puerta de todas las naciones a una
construcción similar: la Puerta inacabada, también llamada el Palacio
inacabado, llamada así porque no estaba acabada cuando la destrucción del sitio
por Alejandro. Esta puerta se encuentra en al ángulo nordeste de la terraza, y
tiene cuatro columnas. Desemboca en un patio que se abre sobre el Palacio de
las 100 columnas.
Apadana (o Sala de audiencias de Darío)
La Apadana fue construida por Darío el Grande. La fecha del
comienzo de su erección sería 515 a. C., según dos tablillas de oro y de plata
encontradas en los cofres de piedra insertados en los cimientos. Darío había
hecho grabar su nombre y el detalle de su imperio. La construcción duró mucho
tiempo y sería sido acabada por Jerjes I.
Palacio
El palacio tiene un plano cuadrado de 60,5 m de lado.
Consta de 36 columnas de las que 13 están aún en pie. Las columnas, de cerca de
20 m de alto, fueron erigidas probablemente por medio de rampas de tierra que
permitían llevarlas luego de colocar las piedras a la altura querida. Las
rampas debían ser elevadas a la vez que el avance de las columnas, después la
tierra era evacuada.
Escalera este
Cubierta por los restos del tejado incendiado de la
Apadana, la escalera este está muy bien preservada. Se divide en tres
entrepaños (norte, central, y sur) y en triángulos bajo los escalones. El
entrepaño norte muestra la recepción de persas y medos. El entrepaño sur
muestra la recepción de personajes que proceden de las naciones sometidas.